…Y vamos a por la segunda parte de este tema tan interesante, porque en verdad cómo elegir una fotoprotección adecuada . Saber lo que es verdad y lo que no a la hora de enfrentarte al Sol, puede ayudarte a ti y a los tuyos, ahora y en un futuro, a gozar de una buena salud.
En el anterior post, hablamos sobre qué es el FPS, las distintas radiaciones y qué clase de filtros contenían las cremas solares.
Aunque cada vez tenemos más información sobre fotoprotección y los efectos nocivos del sol que nos alumbra y nos da calor…muchas veces pensamos que esto no va con nosotros. Esto es en parte, porque los efectos nocivos (a no ser el rojo cangrejo guiri), se verán siempre a la larga. Son por tanto muchos factores los que nos impiden a menudo hacer una buena elección de la forma de proteger, preparar y reparar nuestra piel.
Ahora vamos a centrarnos en algunos mitos y verdades acerca de la fotoprotección y os daremos algunos trucos para disfrutar del sol con total tranquilidad. ¡Elegir una fotoprotección adecuada!
Mitos y verdades:
Vamos a por ello…
- Uno de los falsos mitos que se escuchan, es que la exposición solar, sólo es peligrosa en verano. ¡El sol es sol durante todo el año!. Es verdad que serán las horas de exposición y el lugar donde nos encontremos las que determinen el nivel de “alerta solar” que debamos tener en cuenta. Así que no será tanto la estación del año si no el lugar y el horario escogido para tomar el sol.
- Los días nublados, la crema en casa. ¡Otro gran error!. Recordemos que el 90% de las radiaciones UV atraviesan las nubes. ¡Y los cristales de las ventanas!
- “Si me quedo debajo de la sombrilla, no me quemaré”. Falso también. Como dijimos en el anterior post, el tejido tiene cierto factor de protección solar, pero no evita las quemaduras solares a no ser que indique el factor UPF 50 (que recordar es como se denomina al factor de protección en los tejidos). Además la arena y el agua refractan la luz solar.
- Broncearse es bueno para la salud. ¡Tampoco es correcto!. Ya quedamos que el bronceado es un mecanismo de defensa del cuerpo contra los efectos perjudiciales de la radiación ultravioleta. A una persona de piel clara, broncearse intensamente, sólo le otorgará una fotoprotección escasa (FPS4). Llamarlo moda, costumbres…pero no asocies el estar moreno con el estar sano, porque no es matemática pura. Pero no olvidemos que será la moderación y las elección correcta de las medidas de protección las que nos dejarán disfrutar del sol y adquirir todos sus beneficios que también son muchos.
- Cuando notamos un aumento de la temperatura del cuerpo, podemos empezar a pensar que la exposición al sol está siendo excesiva. Pues no es así, notar esta subida de temperatura, se deberá a la radiación infrarroja y no a la UV que es la dañina pero imperceptible. Si te sube mucho la temperatura del cuerpo, más que estar haciendo daño a tu piel, estarás notando demasiado el calor. A la larga no es nada bueno para tus órganos internos, deberás hidratarte más y refrescarte para que no llegues al extremo de la lipotimia.
- Si me voy a dar paseos por la playa, tengo menos riesgo de quemarme que si estoy vuelta y vuelta en la toalla cual lagartija en el desierto. Error de nuevo, aquí dependerá otra vez la hora del día en la que decidas pasear o tumbarte, si lo haces cerca del mar o por el paseo…
El sol es el sol lo tomes donde lo tomes y en la posición que decidas tomarlo. Un día cualquiera a las 13:30h en la orilla de la playa, las radiaciones serán igual te pongas como te pongas, aunque es verdad que será más llevadero en cuanto a sensación térmica, si vas paseando. Aquí podríamos rizar el rizo con la incidencia de los rayos en posición vertical u horizontal…¡nada!, que a larga igual te da, que te da lo mismo.
Después de estos mitos y verdades, sobre la fotoprotección, el sol y el bronceado. Vamos con algunos “mandamientos” que mejor seguir si no queremos que un día se nos pueda convertir en una mala experiencia por culpa del “Lorenzo” (nombre cariñoso que no me preguntéis porqué, se le atribuye al Sol por aquí en mi tierra).
Muchos de estos consejos, nos los sabemos de memoria, pero no viene mal refrescarlos porque a veces, nos cuesta cumplirlos. Si no que se lo digan a los dermatólogos que aunque la sociedad cada vez está más conciénciada, ellos ven que el cáncer de piel y las patologías derivadas por el Sol, van en aumento.
Consejos prácticos a la hora de «tomar» el Sol y elegir una fotoprotección adecuada:
- Este primero, es más la respuesta de una pregunta del Trivial ya veréis. Para conseguir la eficacia del factor de protección que indica la etiqueta, se deben aplicar 36gr de crema (+ o – 6 cucharillas de café) para todo el cuerpo de un adulto, unos 2mg por centímetro cuadrado. ¿Qué, como os quedáis? Ya os veo a todos con la cucharilla en la bolsa de las toallas. Bueno esto es así, pero por supuesto nadie va a estar pendiente de este detalle (o si, que hay gente para todo). Lo que si que os quiero decir con esto, es que en el caso de la fotoproteccion más es más y si que cuanta más crema os pongáis más protegidos estaréis.
- Evitar la exposición al sol en las horas de máxima intensidad que serán de 10 de la mañana a 16 de la tarde. El truco para saber si el sol todavía es nocivo, es el truco de la sombra, lo explico: si vas a tomar el sol y tu sombra es más corta que tu estatura, mejor embadúrnate de crema o escapa corriendo. En este caso, el sol está incidiendo directamente sobre el lugar en el que estás y su radiación es más potente. Si tu sombra por el contrario es alargada, más que tu estatura, este sol no será nocivo para tu piel y podrás estar más relajado en cuanto a fotoprotección.
Al Sol siempre con fotoprotección.
- El moreno, para que sea sano, ha de ser progresivo. No atormentéis a la piel el primer día de exposición al sol con un palizón, para conseguir en unas horas quitar el blanco nuclear de todo un invierno.
- Volver a aplicar la crema solar cada 2h e inmediatamente después de un baño prolongado. En los niños podemos acortar las horas entre puesta y puesta, yo a los míos prácticamente cada vez que consigo arrancarlos del agua, les repito la aplicación.
- Llevar gafas de sol siempre, sobre todo en los más pequeños. Esto es algo que a mi me llama mucho la atención, padres y madres con sus gafas de 600€ y el niño o con ninguna (la mayoría de los casos) o con las de propaganda del whisky o la hamburguesería de turno. ¡Seamos serios hombre! Que si, que yo también soy madre y sé que no las quieren llevar, las rompen, las pierden. Pero que si nosotros no podemos vivir sin ellas, ¡ellos menos!. No hace falta comprarles unas gafas carísimas, pero por lo menos que cumplan con unos requisitos mínimos de salubridad. Éstas, deberán de proteger de las radiaciones UVA y UVB por encima de los 4oonm (lo suele poner en la patilla). Por supuesto estén homologadas por la CE (también lo pone en la patilla) y si no dejaros de patillas y que os aconseje un óptico que son los que saben del tema.
- Cubrir las cabezas con gorros y gorras así daréis algo de sombra a la cara (que es donde tenemos una piel más sensible al sol). Como para cubrir el cuero cabelludo, sobre todo en niños que todavía tienen poca cantidad de pelo y en personas con calvicie. Si podemos además cubrir también la nuca, mejor que mejor.
- Tener especial cuidado con las zonas sensibles del cuerpo como pueden ser: la cara, el escote, los empeines (que duelen un montón si se queman, os lo garantizo), las estrías, las cicatrices y las cabezas escasas de pelo (tanto en niños, como en adultos). Existen fotoprotectores específicos para estas zonas. Secarse bien después de cada baño, ya comentamos en el anterior post que las gotas actúan de lupa y aumentan el riesgo de que esa piel se queme antes. Cuidado con los vaporizadores de los que no se levantan en horas y se van refrescando a vase de “fris fris” ¡¡que sus vais a quemarrrr!!
- Especial cuidado con los que realizan actividades al aire libre, como ya hemos dicho, el sol te da estés tumbado a la bartola o de pie jugando al volley-playa. Buena protección, renovarla cada poco rato y elegir una que no escueza en los ojos con el sudor (que os parecerá una tontería pero los que hacemos deporte, lo agradecemos un montón ¡fíjate tu!).
- Por último pero no lo menos importante, hidratarse, hidratarse, hidratarse y volverse a hidratar. Esto, después de una jornada de sol, es lo que muchas veces pasamos por alto o se nos olvida.
La piel sufre estrés y deshidratación después del baño solar y necesita relajarse. Incluso “beber” igual que tu has de hidratarte por dentro a base de agua (la mejor opción) con sandía o también claro esta, la cervecita del chiringuito que sabe a gloria. No sé si habéis leído bien pero he dicho “la cervecita” en singular.
Bueno pues lo dicho, la piel también tiene que recuperarse a base de agua y de nutrientes específicos que contienen los poco apreciados Aftersun. Estos son cosméticos preparados para recuperar la piel, calmarla por su acción lenitiva y evitar el envejecimiento cutáneo por sus principios activos. Aquí volvemos a hablar de lo mismo de siempre, mejor mirar el INCI (composición de cualquier cosmético). A ver si por un lado me voy a desoxidar y por otro me estoy echando petróleo encima de la piel. Pero como siempre para gustos…
Elegir una fotoprotección adecuada.
Factores de riesgo:
Casi al final, os voy a hablar de los factores de riesgo a la hora de tomar el sol, ojito con:
- Piel clara, pelo rubio o pelirrojo, pecas (como marcador de fotosensibilidad) y lunares numerosos.
- Historia de exposición solar y quemaduras en la infancia.
- Antecedentes familiares o personales de cáncer cutáneo.
- Inmunosupresión congénita o adquirida. Problemas con enfermedades derivadas del Sistema Inmunitario.
Bueno pues espero que os haya resultado útil toda esta información sobre como elegir una fotoprotección adecuada. Cuando salgáis decididos a pasar un agradable día en compañía del astro Sol, lo hagáis de manera consciente. Valorando después de haberme leído, los pros y los contras a los que os enfrentáis en un tema serio como es la fotoprotección solar.